

La periodista Zhang Zhan ha sido nuevamente condenada en China, esta vez a una pena de cuatro años de prisión por su labor informativa durante el inicio de la pandemia de Covid-19. Esta sentencia representa un nuevo golpe contra la libertad de prensa en el país, ya que es la segunda vez que la comunicadora enfrenta a la justicia por documentar y exponer la respuesta de las autoridades ante la crisis sanitaria que comenzó en Wuhan. Su caso ha generado una notable atención a nivel internacional por parte de organizaciones de derechos humanos.
Una sentencia rodeada de secretismo
El proceso judicial contra Zhang Zhan se llevó a cabo con gran hermetismo. Según información difundida por la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF), la exabogada de 42 años fue juzgada durante la mañana del viernes y sentenciada a cuatro años de cárcel. La activista británica Jane Wang corroboró datos similares a través de un mensaje en la red social X, citando "fuentes confiables". A pesar de la difusión de la noticia, un funcionario del tribunal de Shanghái contactado por la agencia de noticias AFP se negó a confirmar la condena.
La falta de transparencia fue aún más evidente cuando a un grupo de siete diplomáticos de naciones europeas y norteamericanas se le negó el acceso a la sala. La justificación de las autoridades para impedir su presencia fue que sus documentos de identificación no estaban en regla, lo cual aumentó las sospechas sobre la legitimidad del juicio. Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, al ser consultado sobre el tema, afirmó no tener conocimiento de la situación.
La labor informativa que la puso en la mira
La detención de la comunicadora en agosto de 2024 se debió a la difusión de "información falsa que causa un grave perjuicio a la imagen nacional", según detalló RSF. Aleksandra Bielakowska, responsable de la organización para la región de Asia-Pacífico, declaró en un comunicado que "Zhang Zhan sacrificó todo para denunciar los abusos y las violaciones de los derechos humanos por parte del régimen chino". Su trabajo se centró en mostrar una realidad que las autoridades intentaban controlar.
Un historial de persecución
No es la primera vez que la periodista Zhang Zhan enfrenta consecuencias por su trabajo. En el año 2020, se trasladó a Wuhan, la ciudad considerada el epicentro de la pandemia, para documentar con su teléfono inteligente la gestión de la crisis sanitaria. A través de sus videos y reportajes, denunció que las estrictas políticas implementadas estaban afectando los derechos de los ciudadanos.
Su cobertura la llevó a ser detenida y, a finales de ese mismo año, fue sentenciada a cuatro años de prisión bajo el cargo de "incitación a disturbios", una acusación frecuentemente utilizada contra voces disidentes en el país. Tras cumplir su pena, fue liberada en mayo de 2024, solo para ser arrestada nuevamente unos meses después, culminando en esta nueva condena que la mantendrá en la cárcel.
Fuente: Acento
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