En haina la gente ya no pide agua, pide brújula. ¿Por qué? Porque el director del INAPA, Wellington Arnaud, anda vendiendo la historia de un acueducto que costó 440 millones de pesos y que, según él, ya resolvió el problema del agua. El detalle: nadie ha visto la tubería, nadie ha visto el acueducto y nadie, absolutamente nadie, ha visto el agua en sus hogares.Los comunitarios están tan secos que hasta las lágrimas les salen con dificultad. “Queremos que Wellington venga y nos diga en qué esquina enterró esos millones, porque en nuestras casas lo único que sale por la llave es aire”, tronó un líder barrial, con la furia de quien espera agua desde febrero.Arnaud, apodado por los moradores como el “funcionario infuncional”, insiste en que conectó 180,000 familias. ¿Con qué? ¿Con pajillas invisibles? Porque en haina la realidad es otra: cisternas vacías, tinacos llenos de polvo y gente rezando para que al menos caiga un aguacero.180.000.

La indignación es tal que los vecinos ya dicen que si Arnaud aparece por Haina tendrá que dar explicaciones con mapa en mano, porque la única obra que se ve es un gran “cuento del agua”. Y mientras el gobierno paga anuncios y bocinas para adornar la gestión, el pueblo tiene que bañarse con toallitas húmedas y beber agua comprada a sobreprecio.

Hombre confiesa escalofriante asesinato de familia hispana en PAEn Mau, Valverde, el panorama es igual o peor: alcantarillados prometidos, obras inauguradas “en papeles” y una población que no sabe si llorar o montar una procesión fúnebre por el agua desaparecida.Al final, Wellington parece haber encontrado la fórmula mágica del siglo: gastar millones en obras invisibles y quedarse seco de vergüenza, pero mojado en anuncios y privilegios políticos.📲 Síguenos en nuestras redes sociales:Instagram: / @ATODAMARCHARDTwitter: / @ATODAMARCHASDTikTok: @ATODAMARCHARDFacebook: / @ATODAMARCHARD