El caso de César el Abusador ha dado un giro significativo, pues finalmente ha comenzado a revelar quiénes fueron sus cómplices durante una operación de narcotráfico que se extendió por aproximadamente veinte años. Su cooperación con las autoridades estadounidenses se produce en el marco de un acuerdo de culpabilidad, una práctica común en el sistema judicial de ese país para resolver casos complejos sin la necesidad de juicios largos y costosos.

El acuerdo que destapa la estructura

En los Estados Unidos, la gran mayoría de los casos federales se resuelven mediante los llamados Plea Bargains o acuerdos de culpabilidad. Lo que se conoce hasta ahora es que César Peralta, conocido como el Abusador, admitió haber sobornado a una amplia red de policías, militares y funcionarios en la República Dominicana para garantizar que sus operaciones ilícitas pudieran funcionar sin interrupciones durante tanto tiempo.

Esta confesión confirma las sospechas de una profunda penetración del narcotráfico en diversas esferas de poder, lo que le permitió a su organización ser la más duradera en la historia reciente del país. La información que proporcione podría llevar a nuevas investigaciones y a la identificación de personas que colaboraron con su estructura criminal.

Una operación que superó a las demás

Para entender la magnitud de la red de César el Abusador, es útil compararla con otras grandes estructuras de narcotráfico que operaron en la región. Quirino Paulino Castillo, por ejemplo, estuvo activo desde mediados de los noventa hasta su detención en 2004. Por su parte, David Figueroa Agosto, apodado el "Pablo Escobar del Caribe", operó aproximadamente una década, desde 1999 hasta su arresto en 2010.

La organización de Peralta los superó a todos en longevidad, con un período de actividad que las autoridades estadounidenses estiman entre 18 y 20 años, desde 1997 hasta 2019. Esto demuestra una capacidad única para corromper y evadir a las autoridades, creando un imperio criminal que parecía intocable.

El misterio de los nombres revelados

Aunque Peralta ya ha comenzado a hablar, no se espera que la lista de nombres de sus colaboradores se haga pública de inmediato. Estos procesos judiciales son confidenciales para no entorpecer las investigaciones en curso. Sin embargo, ya se están viendo consecuencias directas, como la revocación de visas a varias personas señaladas en sus informes.

La acusación formal de las autoridades federales en Puerto Rico ya contenía pistas sobre esta red de colaboración. Según datos publicados por el blog Remolacha.net, otro delincuente identificado únicamente como CS-3 había testificado sobre las entregas de narcóticos que le hacía a la red de Peralta entre 2009 y 2010. Este tipo de testimonios son los que ahora el propio cabecilla está certificando, lo que asegura que, aunque los nombres no sean públicos, las autoridades ya los tienen en su poder.

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