

La orden es definitiva y el portazo se escuchó fuerte en el Capitolio.
Nadie verá las imágenes completas.
Al menos, no el público.
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, trazó una línea roja este martes frente a la presión bipartidista que exigía transparencia inmediata. La negativa a liberar el video del ataque del pasado 2 de septiembre ha transformado una duda operativa en una tormenta política sobre la legalidad, la moralidad y los verdaderos objetivos de la administración en el Caribe.
¿Qué están ocultando realmente?
Esa es la pregunta que flota en los pasillos del Senado tras una sesión informativa que dejó a muchos legisladores con más dudas que respuestas.
Un "No" rotundo ante la exigencia de transparencia
Hegseth no titubeó.
Tras salir de una reunión clasificada con senadores, el jefe del Pentágono fue directo al grano. A pesar de las solicitudes formales de la Cámara de Representantes y del Senado para revisar el incidente —conocido técnicamente como un "doble ataque" o double tap—, la postura oficial es el bloqueo.
“De acuerdo con la política de larga data del Departamento de Guerra, por supuesto que no vamos a publicar un video ultrasecreto, completo y sin editar, al público en general”, sentenció Hegseth.
La justificación se basa en protocolos de seguridad.
Pero para los críticos, suena a encubrimiento.
Hegseth aseguró que los comités correspondientes tendrán acceso, pero cerró la puerta a cualquier escrutinio público. Esto ocurre en un contexto donde el incidente en cuestión involucra un ataque aéreo que eliminó a los sobrevivientes de un primer bombardeo contra una supuesta embarcación de narcotraficantes.
Matar a quienes ya habían sobrevivido.
Ese es el punto que enciende las alarmas sobre posibles crímenes de guerra o violaciones a los derechos humanos bajo la bandera de la lucha antidrogas.
"Manos vacías": La frustración demócrata y republicana
La reunión del martes por la mañana, que incluyó al secretario de Estado Marco Rubio y a altos funcionarios militares, debía calmar las aguas.
Hizo todo lo contrario.
Chuck Schumer, líder de la minoría del Senado, salió visiblemente molesto. No hubo rodeos en su reacción.
“La administración llegó a esta sesión informativa con las manos vacías”, disparó Schumer.
Su argumento es simple: si no pueden mostrar el video del ataque en un tema tan específico, la confianza en la gestión general sobre el Caribe se desmorona. “Todo senador tiene derecho a verlo”, insistió.
Y no está solo.
La preocupación ya no es partidista.
El representante republicano Don Bacon, aunque apoya la mano dura contra los cárteles, rompió filas al sugerir que el Pentágono debería liberar las imágenes "al público". La senadora republicana Lisa Murkowski se sumó al reclamo, exigiendo acceso total para cada senador individual, no solo para un grupo selecto.
¿Por qué tanto misterio si la operación fue, según Rubio, un "gran éxito"?
La sombra de Venezuela y la confesión de Wiles
Aquí es donde la historia da un giro más oscuro.
Lo que se vende como una operación antinarcóticos podría ser la antesala de un conflicto mayor no autorizado.
Susie Wiles, jefa de gabinete de la Casa Blanca, dejó caer una bomba en una entrevista reciente con Vanity Fair. Sus palabras sugieren que el objetivo real va mucho más allá de interceptar drogas.
“ quiere seguir hundiendo barcos hasta que Maduro se rinda”, afirmó Wiles.
Esta declaración cambia el tablero.
Ya no se trata solo de interceptar cocaína. Se trata de una estrategia de asfixia militar contra un gobierno extranjero sin la autorización formal del Congreso para una guerra.
Los legisladores temen que la administración esté actuando de forma unilateral. Una campaña que ya ha dejado más de 90 muertos y que, legalmente, opera en una zona gris.
El senador Rand Paul y varios demócratas intentaron frenar esto el pasado 6 de noviembre con una resolución de poderes de guerra.
Fracasaron.
Pero la inquietud sigue viva.
¿Estrategia de demora o seguridad nacional?
Mark Warner, demócrata de alto rango en el Comité de Inteligencia, tiene una teoría sobre la negativa de Hegseth.
No es seguridad. Es tiempo.
“Están intentando ganar tiempo para evitar entregárselo al resto de los senadores, de modo que el Senado no lo vea antes del receso navideño”, advirtió Warner.
Si logran estirar la polémica hasta las fiestas, el ciclo de noticias cambiará. La presión bajará. Y el video del ataque quedará enterrado en archivos clasificados mientras la operación continúa en el Caribe.
Adam Schiff, senador por California, calificó las explicaciones legales de la administración como "incoherentes".
Su próxima jugada es arriesgada pero necesaria: intentará aprobar una ley esta misma semana para obligar al Pentágono a hacer público el video completo.
¿Tendrá éxito?
Es poco probable. Los republicanos en el Senado tienen los números para bloquearlo. Pero el movimiento forzará a cada legislador a poner su nombre y apellido a favor o en contra de la opacidad.
El "Doble Ataque": Lo que nadie quiere explicar
El término técnico es aséptico. La realidad es brutal.
Un "doble ataque" implica bombardear un objetivo, esperar, y volver a bombardear a quienes intentan rescatar a las víctimas o a los propios sobrevivientes.
En contextos de guerra convencional, es una táctica controvertida.
En una operación policial o antidrogas en el Caribe, es legalmente explosivo.
El senador Chris Coons se burló abiertamente de la excusa de Hegseth. Según Coons, es “difícil de conciliar” la negativa actual con la costumbre del Pentágono de publicar videos de ataques con drones casi a diario cuando les conviene para su narrativa.
Si el ataque fue limpio, ¿dónde está la prueba?
Si fue un error, ¿por qué no admitirlo?
La falta de respuestas alimenta la teoría de que lo que se ve en esas cintas podría ser difícil de justificar ante un tribunal internacional, o incluso ante la opinión pública estadounidense.
Lo que viene ahora
La administración Trump, a través de Marco Rubio, insiste en que la misión es desmantelar organizaciones terroristas que "envenenan a estadounidenses".
Es una retórica poderosa.
Hegseth se aferra a ella para desviar la atención del procedimiento militar específico.
Pero la grieta en el Congreso se está ensanchando. Mark Kelly, senador por Arizona, exigió audiencias públicas con Hegseth y el general Dan Caine.
“Todos somos iguales en este trabajo”, recordó Kelly. “Es responsabilidad de todos nosotros exigirle cuentas a esta administración”.
La batalla por el video del ataque apenas comienza.
El Pentágono apuesta al desgaste. El Congreso apuesta a la presión legislativa. Y mientras tanto, en las aguas del Caribe, la política de "hundir barcos hasta que se rindan" sigue vigente.
La pregunta que queda en el aire ya no es solo si veremos el video.
Es qué otras cosas están pasando en alta mar que ni siquiera sabemos que deberíamos preguntar. https://enminutos.net/video-del-ataque-hegseth-negativa-pentagono/
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