miércoles, 26 de noviembre de 2025



EE.UU. usará bases dominicanas contra el narcotráfico
El acuerdo antidrogas en República Dominicana representa una nueva etapa en la seguridad del Caribe tras el anuncio oficial de este miércoles. El presidente Luis Abinader informó que ha autorizado al gobierno de Estados Unidos a operar dentro de zonas restringidas del país para apoyar la lucha contra el tráfico ilícito de estupefacientes. Esta medida permitirá el re abastecimiento de aeronaves y el transporte de equipos técnicos en puntos estratégicos.

Las operaciones se llevarán a cabo específicamente en la Base Aérea de San Isidro y en el Aeropuerto Internacional de las Américas. El anuncio se realizó con la presencia del secretario de Defensa de EE.UU., Pete Hegseth, quien visitó Santo Domingo para reunirse con los altos mandos del país. Este acuerdo antidrogas en República Dominicana se describe como un esfuerzo técnico y limitado para blindar la región.

Alcance de las operaciones militares Estados Unidos

Según detalló la oficina del presidente en un comunicado posterior, la colaboración incluye la presencia de aviones cisterna KC-135. Estas unidades apoyarán las misiones de patrullaje aéreo y ampliarán la capacidad de monitoreo sobre una gran parte del dominio marítimo. También facilitarán el reabastecimiento de combustible a aeronaves de países socios para mantener la vigilancia constante de actividades de contrabando.

Además de la vigilancia, se desplegarán aviones de carga C-130 Hércules. Estas aeronaves facilitarán evacuaciones aeromédicas, extinción de incendios, reconocimiento meteorológico y ayuda en casos de desastre. Abinader enfatizó que el objetivo es fortalecer el anillo de protección aéreo y marítimo de las Fuerzas Armadas locales. Esto busca asestar un golpe decisivo al crimen organizado transnacional.

Pete Hegseth señaló que República Dominicana es un líder regional dispuesto a asumir retos difíciles. Aseguró que las operaciones militares Estados Unidos respetarán la soberanía y las leyes del país caribeño mientras se preparan para el despliegue de personal y equipos. Hegseth afirmó que Washington se toma muy en serio esta misión y cuenta con la mejor inteligencia para rastrear las rutas del narcotráfico.

Contexto regional y vigilancia en el Caribe

Este movimiento es el primer gran acuerdo público que Estados Unidos logra con una nación caribeña en su búsqueda de aliados amistosos. La estrategia busca apoyar los ataques contra embarcaciones sospechosas de contrabando en la región. Desde que iniciaron estas acciones en septiembre, se han reportado al menos 83 fallecidos en diversos operativos.

Algunos expertos citados por la agencia AP sugieren que estas huelgas y el aumento de presencia militar podrían ser una táctica de presión hacia el gobierno de Venezuela. Sin embargo, las autoridades dominicanas se han centrado en el aspecto técnico de la lucha contra las drogas. Abinader destacó que, gracias a la colaboración cercana con EE.UU., el país ha incautado casi diez veces más drogas por año en el último lustro que en la década anterior.

La visita de Hegseth ocurre un día después de que el general Dan Caine se reuniera con la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar. Aunque ella ha elogiado las acciones contra los narcotraficantes, aclaró que no hay tropas estadounidenses en el terreno en su nación para lanzar campañas contra Venezuela. Trinidad y Tobago se encuentra a pocos kilómetros de la costa venezolana.

Colaboración sin fronteras

El mandatario dominicano explicó que la amenaza del narcotráfico no conoce fronteras ni banderas y destruye familias. Por ello, insistió en que ningún país debe enfrentarla sin aliados. La base aérea San Isidro servirá como punto clave para esta logística temporal. Mientras tanto, en otras islas como Grenada, también se han discutido posibilidades de instalar radares temporales, aunque no se han hecho anuncios públicos definitivos.

La administración de Abinader mantiene que el alcance es estrictamente de apoyo técnico. El objetivo final es detener el flujo de narcóticos que intenta utilizar el territorio dominicano como puente. Con la mejor tecnología y procesos legales, ambas naciones esperan reducir significativamente la entrada de sustancias ilícitas y la violencia asociada a estos grupos criminales.

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