La Fuerza de Eliminación de Pandillas en Haití ya es una realidad después de recibir luz verde por parte del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Esta decisión llega justo cuando el mandato de la anterior Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MMAS) estaba a punto de terminar, transformando el enfoque para contener la ola de violencia que afecta a la nación caribeña.

Con una votación de 12 miembros a favor y 3 abstenciones que correspondieron a China, Rusia y Pakistán, la resolución fue aprobada. El objetivo principal es frenar el control de los grupos criminales que han generado una grave crisis en el país.

¿Cómo estará compuesta la nueva misión?

50 efectivos. De este total, 5,500 serán personal uniformado, incluyendo militares y policías, mientras que 50 serán civiles, según detalla la resolución impulsada por Estados Unidos y Panamá, citada por el medio 7dias.com.do. El mandato inicial se ha fijado en 12 meses y se desarrollará en estrecha colaboración con el gobierno haitiano.

Para facilitar la transición y supervisar las operaciones, también se establecerá una oficina de la ONU directamente en Haití. Michael Waltz, representante estadounidense, declaró que la violencia de las bandas había alcanzado una gravedad extrema y que la comunidad internacional no había actuado con la suficiente contundencia hasta ahora.

Apoyo regional y voces de cautela

En la medida, subrayó el amplio respaldo internacional que recibió la iniciativa. Afirmó que el pueblo haitiano ya no podía seguir esperando una solución. La resolución también pide a Haití que desarrolle un plan nacional para que, de manera progresiva, pueda asumir la total responsabilidad de su propia seguridad.

Sin embargo, no todos los integrantes del Consejo de Seguridad de la ONU mostraron el mismo entusiasmo. Las abstenciones de Rusia, China y Pakistán dejaron ver que existen reservas sobre la estrategia que se va a implementar.

Las reservas de Rusia sobre la operación

El representante ruso, Vassily Nebenzia, fue especialmente crítico al calificar el nuevo mandato como una "aventura peligrosa y mal concebida". Expresó dudas sobre la legitimidad y la sostenibilidad de la misión. Criticó la falta de un plan de financiación claro y la ausencia de una evaluación completa sobre los resultados de la misión anterior, advirtiendo sobre la posibilidad de cometer los mismos errores del pasado.

Nebenzia advirtió que la crisis haitiana no se puede solucionar únicamente con la presencia de tropas extranjeras. Señaló la necesidad de abordar los problemas de raíz, como el tráfico ilegal de armas, la debilidad de las instituciones gubernamentales y las consecuencias de décadas de intervenciones externas.

La atención se centra ahora en la implementación de esta nueva Fuerza de Eliminación de Pandillas en Haití y su coordinación real con las autoridades locales.